La ropa de cama 100% algodón es una elección ideal por su suavidad, transpirabilidad y confort natural. Sin embargo, para conservar esas cualidades con el paso del tiempo, es importante brindarle los cuidados adecuados. Aquí te compartimos una guía práctica para mantener tus sábanas, fundas y duvets en óptimas condiciones.
1. Lava antes del primer uso
Antes de estrenar tu ropa de cama, lávala con agua fría o tibia. Esto elimina residuos de fabricación y suaviza las fibras de algodón, mejorando su tacto desde el primer uso.
2. Usa detergente suave
Elige detergentes líquidos sin blanqueadores agresivos ni suavizantes, ya que pueden dañar las fibras naturales del algodón. Un detergente neutro es ideal para mantener la frescura y el color.
3. Evita el exceso de calor
Lava con agua fría o tibia (máximo 40 °C) y seca a temperatura baja. El calor excesivo puede encoger el algodón o hacer que pierda suavidad con el tiempo.
4. No sobrecargues la lavadora
Dale espacio a tu ropa de cama para que se lave adecuadamente. Sobrecargar la lavadora puede provocar desgaste prematuro en las fibras por la fricción.
5. Secado natural o en secadora con cuidado
Si puedes, seca tu ropa de cama al aire libre en un lugar sombreado. Si usas secadora, elige un ciclo delicado y retira la ropa justo al terminar para evitar arrugas profundas.
6. Plancha solo si es necesario
El algodón puede arrugarse con facilidad, pero muchas veces no es necesario planchar. Si prefieres un acabado liso, plancha a temperatura media mientras la tela aún está ligeramente húmeda.
7. Guarda en un lugar fresco y seco
Evita plásticos herméticos. Mejor utiliza bolsas de tela o cajas ventiladas para proteger tu ropa de cama de la humedad y mantenerla fresca hasta su próximo uso.
🧼 Bonus: ¿Cada cuánto lavar tu ropa de cama?
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Sábanas y fundas de almohada: Cada 1 o 2 semanas.
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Fundas de duvet: Cada 3 a 4 semanas.
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Insertos de duvet y cobertores: Cada 2 a 3 meses (o según uso y etiqueta).